La Asociación de Proveedores de la Minería (Aprimin) estima una facturación por sobre los US$ 3.000 millones para 2005, lo que representa un incremento de 17,2%, comparado con las ventas de 2004, que alcanzaron los US$ 2.560 millones, así lo aseguró el presidente del gremio, Pascual Veiga, quien destacó que esto se debe a mayores ventas durante el ejercicio y a la incorporación de nuevos socios a la entidad.
Aprimin comenzó con 23 compañías entre sus filas en febrero de 2003, hoy cuenta con 38 y actualmente evalúa la incorporación de tres nuevas empresas, por lo que generaría 25.000 puestos de trabajo permanentes más unos 9.000 indirectos.
De los montos de ventas, 49% corresponden a bienes de capital, repuestos e insumos importados, mientras que 51% restante es de origen nacional. Veiga destacó que de lo producido en Chile, se exporta una importante variedad de productos como tolvas para camiones mineros, recubrimientos de molinos, cables de acero, bolas de molienda y bombas de pulpa, entre otros.
Para el próximo año, Aprimin prevé inversiones del orden de US$ 28 millones en el sector, ya que «varios de nuestros asociados están haciendo expansiones en sus actuales capacidades y generando nuevos proyectos para aumentar o crear instalaciones, que permitan cubrir la creciente demanda de productos y servicios que el sector minero requiere de sus proveedores».
El panorama minero es auspicioso y el dirigente gremial estimó que el ciclo de altos precios permanecerá, aunque un tanto menor, en los próximos cinco años. La inversión minera, en tanto, se estima en U$ 18.000 millones para el próximo decenio y por concepto de proyectos, ampliaciones y reposición, las necesidades de equipos son del orden de 180 camiones, 25 palas electromecánicas, 10 palas hidráulicas, 15 cargadores gigantes y al menos unos 35 equipos de perforación, entre otras cosas.
No obstante, Veiga advirtió que estos buenos tiempos también traen consigo ciertos desafíos. La capacidad instalada de los fabricantes de equipos ha sido ampliamente superada por la demanda y los plazos de entrega, que giraban en torno de cuatro a seis meses, hoy sobrepasan los 12 meses.
El dirigente gremial explicó, además, que se están desarrollando nuevas tecnologías y que Chile brinda a la industria mundial proveedora de la minería, la oportunidad de ser pioneros en nuevos sistemas de extracción y que la automatización, continuidad del proceso y el control remoto de los equipos serán los factores claves de valor, eficiencia y seguridad en el cumplimiento de las metas de producción.
Fuente / Estrategia