Un potencial conflicto podría ensombrecer las relaciones entre las compañías mineras y las generadoras del norte del país. Es que el ultimátum enviado por la belga Tractebel -controladora de las generadoras Edelnor y Electroandina- a las empresas mineras, en orden a que renegociaran sus contratos de abastecimiento eléctrico no tuvo eco en Codelco.
La minera estatal puso paños fríos a la advertencia de que paralizarán las inversiones en nuevos proyectos de generación y sentenció que los acuerdos firmados “deben cumplirse” aunque esto signifique recurrir a arbitraje.
La crisis del gas desatada por las restricciones del hidrocarburo tiene en jaque a las generadoras que actúan en el Sistema Interconectado del Norte Grande (Sing), por lo que firmas como Tractebel y GasAtacama apuntan a renegociar los contratos firmados con sus grandes clientes –principalmente mineras- para “sincerar” los precios de la energía, que se ha visto fuertemente incrementado por el mayor uso de diesel y alza del carbón. Claro que el tema no es de fácil resolución.
Los contratos pueden ir desde los cinco hasta los 15 años, por lo que cambiarlos de un día para otro no se ve tan viable. Por lo mismo, Electroandina dejó abierta la posibilidad de recurrir a un arbitraje para solucionar el conflicto, ante lo cual Codelco se mostró confiado que de ser así tendrá que utilizarse la vía legal para hacer respetar la palabra firmada.
El diagnóstico es uno solo: si las empresas eléctricas se quedan sin disponibilidad de generación, el problema será de todos. Por eso no tienen reparos en conversar, pero dejando en claro que la primera opción es hacer respetar los contratos. La gran preocupación de las empresas no es lo que pueda pasar en el corto plazo, sino en los próximos años, ya que se pone en duda la materialización de los proyectos que están en carpeta. La actual potencia instalada en el Sing alcanza un total de 3.600 Mw, con un peak de demanda de 1.500 Mw, tendiendo en cuenta que el 58% de la energía es producida con gas natural argentino, sujeto a la disponibilidad de producción y restricciones en dicho país por al menos los próximos tres años.
Las nuevas iniciativas requieren unos 580 MW adicionales, energía equivalente a la construcción de una central generadora como Ralco en sus inicios. Los proyectos más importantes corresponden a Mansa Mina y Gaby, ambas de Codelco, las que exigirán una potencia de 260 MW; el proyecto Pascua-Lama (Barrick) con un máximo de 110 MW; BHP con sus proyectos Spence y la planta de lixiviación con 210 MW.
La energía que se necesitará a futuro podría incrementarse en al menos 200 MW más, si se suman las iniciativas Cerro Casale (Placer Dome) y Esperanza (Antofagasta Plc).
Fuente/El Diario